sábado, 17 de noviembre de 2012

Adiós, melena, adiós


La genética me ha regalado una abundante cabellera, a mí y a las demás mujeres de la familia. Durante más de 20 años he llevado el pelo largo, la longitud ha oscilado entre la cintura y el broche del sujetador. Así que más que pelo, estoy acostumbrada a oir que tengo  "pelazo", más que melena, "melenaza", y  por el color, en vez de morena, a veces me he oído llamar "morenaza". El estilo ha ido variando: más de 20 años dan para muchas modas y tendencias, entre las que destaco:


La clásica melenapantoja 

El "ricci",esa permanente... La peluquera me aseguró que me quedaría el pelo como a Nina, pero qué va, qué va, ¡fue un desastre total!


Quiero la melena-Rachel-de-Friends, le dije al peluquero. Y salí de la peluquería con este corte: este sí fue un éxito total.

Con el flequillo-cleopatra-a-lo-Eva-Amaral me dijeron que me había quitado 10 años de encima, ¡ahí es nada!

En ocasiones especiales me rizaba las puntas, estilo glamour-en-la-alfombra-roja, aunque no me duraba nada.

De modo que con corte a capas, desfilado, descargado, liso o rizado, con largo único, largo redondeado, escalonado, flequillo a un lado, flequillo recto, flequillo desigual, el pelo largo me ha acompañado durante toda una vida. Pero no sé, desde hace un tiempo no me gustaba tan largo, aunque no sabía lo que quería. Hasta que vi el corte perfecto y decidí que lo quería

  
Le llevé esta foto al peluquero, llamado Fraser, y me dijo que sin problema.
Ahora me dicen que me he quitado cinco años de encima. Yo creo que normalmente cualquier cambio de estilo te hace parecer diferent, y normalmente más joven.

Fue muy raro salir con tanto pelo de menos, aunque ya hace muchos años había llevado esa media melena, así.



Estoy muy contenta con el trabajo de Fraser, y si no lo estuviera, no habría más que esperar a que creciera el pelo. Aun así parece que me falta algo, y cuando veo a este chico no puedo evitar sentir cierta nostalgia...







martes, 16 de octubre de 2012

´Toy un poco cabreá (con comentario añadido)

Hace muchos años, en medio de una discusión adolescente con mi padre en la que debí soltarle alguna que le dejó sin saber que responder, me dijo esto: "tú sabes mucho, me parece a mí. Yo tendría que haberte puesto a trabajar a los catorce años en vez de estar pagándote unos estudios". Me los siguió pagando, claro, porque quería que tuviera una formación, un porvenir , independientemente de que a veces le pudiera salir contestona y listorra.  Y no sabe cuánto le agradezco que lo hiciera.

Cortan el grifo de las Erasmus, parece que corren el peligro de desaparecer. Se dice mucho a favor (sentimiento de pertenencia a un espacio común, conocimiento de otras culturas y formas de vida, un ir más allá de los estereotipos, recibir una formación más completa) y en contra (juergas, desmadre, alcohol y sexo, poco aprovechamiento académico, como si los que aplauden su desaparición no supieran que no hace falta irse al extranjero para eso, en fin).

Aparte de todo lo dicho, pienso que sería una pena que se acabase la oportunidad de ver cómo funcionan la política, la justicia, el compromiso ciudadano en otros países del entorno y compararlos con el nuestro. En todas partes cuecen habas, cierto, corrupción y comportamientos antidemocráticos están asociados al poder, pero la reacción ciudadana y los mecanismos de control son distintos, mejores en otros países con una mayor madurez democrática y de eso hay que aprender. Si la gente no sale fuera y lo ve no puede comparar. Y es más fácil mangonearla. Mejor que no sepan, mejor que piensen que todos son iguales y nada se puede hacer. Luego les contamos que ahí fuera nos tienen manía, incluso envidia. A la juventud mejor dejarla "sin estudios". Lástima que a esta juventud no la puedan ni siquiera poner a trabajar.

Yo nunca me fui de Erasmus, no tuve esa oportunidad. Pero a finales del siglo XX agarré una maleta y salí al extranjero a trabajar y estudiar, en lo que pensaba sería un año fuera y va camino de ser toda una vida. Y he tenido tiempo de ver y comparar, y aprender, y también de asumir responsabilidades y exigirlas a quien le pago el sueldo para que gobierne. Y esto es algo que nunca hubiera desarrollado de haberme quedado allá en mi tierra. Porque no lo habría visto nunca ni habría sabido que existiera. Como le pasa  a una parte de mi familia y a algunos amigos. Y hoy yo estaría como ellos.

Todo este pedazo de introducción para decir que hoy estoy cabreada. Con ellos. Son buena gente, trabajadores natos (los que aún tienen trabajo), que no han vivido por encima de sus posibilidades, que se preocupan por sus hijos, por su comunidad, pero que no terminan de enterarse. Porque piensan que este bache pasará tarde o temprano, o porque se creen lo de que no hay dinero y es normal que se recorte, o porque ya no ven la tele para no ponerse enfermos, o sencillamente porque siguen con su rutina video-consolera, telebasurera y feisbukera y no tienen tiempo para leer un periódico, o porque están tan ocupados con los hijos, con los estudios, que no les da tiempo a nada más, o porque están muy estresados pensando en cómo llegar a fin de mes, con la subida de la luz, la gasolina, el gasóleo de la calefacción etc... o porque todos los políticos son iguales y esto no tiene arreglo y no se puede hacer nada. No se puede hacer nada porque nada va a cambiar es el mantra. Ya ni siquiera informarse. Y yo desde aquí estoy más enterada de lo que pasa allí que ellos, y tampoco me entero del todo. Claro que algunos no tienen internet, ni tiempo para meterse. Si se informaran, se cabrearían, y si se cabrearan, protestarían.

Llevo dos fines de semana mandándoles mensajes de texto para que vean un programa de una cadena española que lleva como título el participio del verbo salvar. Un programa que me parece de lo más interesante y esclarecedor. Se podrá o no estar de acuerdo en todos los planteamientos, pero tiene miga. ¿Pensaréis que alguien me ha contestado diciendo que lo va a ver, o que lo ha visto y qué ha descubierto, qué le ha parecido, o que? Pues no, a día de hoy ni los del guasap, que les sale gratis. Nada. Ni un mal correo electrónico. Aunque sea para llamarme pesada, aguafiestas, plasta. Bueno, exagero, sólo una respuesta, no pudo verlo porque eran las fiestas del barrio, y de verdad que lo entiendo, que uno tiene que salir también un rato y olvidarse de preocupaciones, peeero, ¿el resto del tiempo?

¿Tiene sentido que yo piense tanto en ellos? Al fin y al cabo yo no estoy pasando frío por no poder poner la calefacción, yo no tengo tíos ni suegros con el paro agotado y pasándolas canutas con la ayuda mínima, yo no estoy en el paro, yo no estoy sufriendo recortes salariales -de momento-, yo no estoy desesperada porque se me va a pasar el arroz pero no me puedo permitir quedarme embarazada, yo no tengo unos hijos en casa sin trabajar, viendo cómo se les va la juventud, con una vida estancada sin visos de mejorar, yo no soy quien está estudiando una carrera y ¿para qué?, yo no tengo que preguntarme qué clase de futuro les espera a mis hijos cuando crezcan. Además tampoco pago los impuestos allí.

Yo tengo que empezar a pensar que cuando las barbas de tu vecino veas pelar... porque aquí también hay tijeras, lo que pasa es que hay más tela para recortar y por eso no es tan evidente. Y si llegado el momento tengo que salir a protestar, espero no comportarme como la ovejita crédula y sufridora que sería ahora mismo allí de no haber visto lo que se hace en otras partes del mundo. Así que a pesar del cabreo les entiendo. Y admiro profundamente a esos otros familiares, amigos, conocidos y desconocidos que se informan, que se mueven, que protestan, que se manifiestan.

Ay, España duele.

Añadido: Casualidades de la vida, en  un periódico digital me he encontrado con   esto . La columnista, "susurrando al oído de algunos expertos" el nombre del conductor del programa, realmente hace lo mismo que yo con mi familia y amigos. Claro que susurrar es más sutil que lo que hago yo que soy más directa. Me da que es un programa ignorado inocente o interesadamente por tertulianos varios.

martes, 9 de octubre de 2012

Adelantando trabajo

Mi cenita de hoy. Todo un lujo. Perdí el último autobús desde el trabajo, a las 17.51. Lo vi pasar de lejos. Eso significa andar casi una hora hasta la siguiente parada en el pueblo. Me había quedado para adelantar trabajo. Casi una hora bajo una fina llovizna y yo sin paraguas. Llevo "adelantando trabajo" desde que empecé en septiembre. Me dije a mí misma que todo iba a estar bajo control, que el volumen de trabajo no me iba abrumar y lo iba a hacer de tal manera que encontraría más tiempo libre. Trabajar y también estudiar, que esto de la formación contínua es como su nombre indica, contínua.

El caso es que me paso el tiempo libre "adelantando trabajo". En el autobús mi mente no paraba de enumerar todo lo que tenía que hacer en casa para mañana. Además de corregir y preparar una reunión de padres, tenía pendiente contestar a la carta borde de una madre de esas para quienes su retoño es lo mejor y la señorita Guinda una bruja que sanciona con demasiada dureza. Ha de ser una contestación muuuuy diplomática donde quede claro que las cosas no son como dice el angelito, pero sin que nadie sienta su sensibilidad herida. La mía a ellos les da igual, pero bueno, son gajes del oficio. En esas venía pensando cuando he recordado que también tenía que cenar. Con un chino del take-away voy que chuto. Y mira que están ricos, pero hoy en el fondo no me apetecía chino. Y he recordado que tenía jamón serrano al vacío y queso manchego del bueno, que me dio mi madre la última vez que fui de visita, y vino tinto, y mira por donde también un pequeñísimo blog donde hace mucho que no escribo porque tengo mucho trabajo que adelantar. Y blogs por donde paso de puntillas y leo, pero no paro a contestar por todo ese trabajo que adelantar. Para cuando he apretado el botón de parada ya había decidido que hoy tocaba "adelantar" en tiempo libre. Y que me apetecía mucho más hacer una entrada y visitar blogs que escribir una carta diplomática o corregir cuadernos.

No sé, mejor dicho, sí sé, hay temor. Mi pasión por la enseñanza se mezcla con el temor, un miedo que ya no se manifiesta abiertamente pero miedo al fin y al cabo: miedo a no dar la talla, miedo a que el porcentaje de aprobados sea bajo, miedo a esos hombres del saco que parecen ser los inspectores de educación, miedo a perder el trabajo. Miedo al paro. 

Es hora de calmarse, de dejar a un lado las paranoias, de volver a recuperar una cierta simplicidad. O me quedaré sin pilas muy pronto.Ya me he zampado la cena, despacito. He decidido quedarme en el sofá con el ordenador en las rodillas. aunque no duraré mucho porque estoy cansada. Mañana no empiezo hasta las 11.30. Así que esa auto-impuesta norma de presentarme allí a las 8 para, adivinad qué, eso, para "adelantar trabajo", se acabó. Mañana va a ir a las 8 Rita la cantaora ,que se dice por mi tierra, o Rita la churrera como oigo decir a otros españoles en el mundo por aquí. ¿Y en vuestro pueblo, qué Rita es?

lunes, 13 de agosto de 2012

Haciendo la maleta

Hora de marcharse por unos días. En busca de sol, de calor, alertas naranja incluídas si se tercian. Mientras haya un lugar para darse un remojón y buena compañía, los grados no me importan.

Y hablando de altas temperaturas, aquí dejo esta sugerente canción. Pensaba que era nueva (no recuerdo haberla oído nunca) pero al buscarla en la red me he enterado de que tiene casi ¡20 años!, es de 1993.  Ayer la tuve todo el día en la cabeza tras escucharla en la radio, es pegadiza. El estribillo (donde me parece escuchar un lindo gatito), me encanta.

Tease me, tease me, tease me, tease me, baby (¡¡miau!!), ´til I loose control...



¡Hasta pronto!

jueves, 9 de agosto de 2012

Fondo de armario

Lo vi colgado de una percha, escondido entre otros muchos en una tienda benéfica de segunda mano. Me llamó la atención por lo coqueto y femenino y por su falda plisada. ¿De qué material estaba hecho? ¿Crepé, tal vez? No sé, era muy ligero. Parecía de esos que no necesitan plancha. Tenía unas manchas, ¿se podría lavar? ¿a mano o a máquina? ¿O quizás sólo admitía limpieza en seco? Lo volví del revés buscando la etiqueta. No la encontré. Del revés me llamó más la atención todavía: no era una confección industrial, al menos como yo la he conocido siempre, con sus pespuntes y remallados imposibles de hacer con una máquina normal. Sin embargo, tampoco parecía un producto hecho en casa. Era algo a medio camino. En los tirantes se apreciaban unas diminutas puntadas hechas a mano. Quizás la dueña había tenido que meterlos o sacarlos un poco. Esto parece antiguo -pensé-. Por fin encontré una etiqueta. No decía nada de acerca de su cuidado, pero sí de su origen: Made in Spain. ¡Qué ilusión! Algo fabricado allí, concretamente en Valencia. Un número de teléfono sin prefijo provincial y una "G" completaban la información. Nada de códigos de barras, C.I.Fs, sedes sociales o similares. Y una G de "grande", no una L... Esto es antiguo, desde luego, -pensé-.

         

Me metí en el probador. El vestido me entró bien y no me estaba grande. Yo uso una talla mediana o eso me dicen los fabricantes de hoy en día. Se dice y creo que es verdad que han ido cambiando las medidas de las tallas para "hacernos sentir bien". Me miré de frente, de un lado, del otro lado, por detrás. Era bonito. El escote engañaba, a pesar de terminar en pico era muy recatado, tan alto que no dejaba ver ni una pizca de canalillo. Y era más translúcido de lo que aparentaba. Qué raro que no tuviera forro, pero recordé que en otros tiempos las combinaciones eran una parte muy importante de la lencería femenina. Me miré de nuevo. En vez de ser yo, podría ser mi madre en las fiestas de su pueblo cuando estaba soltera. Ya me había enamorado del vestido. Esto es de verdad antiguo -pensé-, una de esas cosas retro, "vintage", que es como le ha dado a la gente por llamarlo ahora. ¿Quién pudo ser su dueña? ¿Cuándo lo compró? ¿Y dónde? ¿En unas vacaciones en España, o aquí? ¿Se hizo en un taller, en una fábrica o fue el trabajo de una modista particular? ¿Y cómo llegó hasta la tienda de segunda mano?  ¿Se deshizo la dueña misma después de haberlo conservado muchos años o quizás murió y su familia al hacer limpieza lo metió en una bolsa junto a muchas otras cosas para donarlo a la tienda?

Creo que lo voy a comprar -decidí-. Le saco un poco los tirantes, le pongo un cinturón chulo y ya encontraré la ocasión de lucirlo. Pero ¡ay! esas manchas... Humedecí una de ellas con agua de una botella y desapareció. Mío, mío, me lo llevo. Y me lo llevé. Por siete libras esterlinas. Directo a ese fondo de armario. ¿No dicen que ha de tener al menos un vestido negro?

Ya en casa, llamé al teléfono de la etiqueta, por curiosidad. Nada. Error en la llamada. Será que ese número ya no está activo. La verdad, no tengo ni idea de si el vestido es antiguo o no, pero da igual. Me encanta. Y me lo voy a poner. Aunque no esté a la moda. Una de las ventajas de crecer y madurar es que cada vez importa menos seguir los dictados de cómo hay que vestir, mientras te sientas bien con lo que llevas. Y si un día decido deshacerme de él, lo donaré a una tienda de segunda mano, para que alguien más lo vea, se enamore de él, lo compre y lo disfrute.


sábado, 30 de junio de 2012

De fúmbol y donaciones, no lo tengo muy claro.


Tenía esta entrada en mente, pero no iba a tener tiempo de escribirla, porque soy muy lenta redactando.  Sin embargo esta mañana me metí a leer uno de mis  blogs habituales y me salió de corrido un comentario de dimensiones exageradas: es prácticamente lo que pensaba escribir. Así que con pocos retoques y algún añadido, copio, pego y publico mi propio comentario. 

Hace días recibí un email con una invitación a firmar para pedir a la selección que donase esos miles de euros que van a recibir si ganan la Eurocopa. La intención de la iniciativa es buena, no lo dudo, pero tras pensarlo y pensarlo decidí que no. ¿Motivos?

- No son los futbolistas quienes han pedido esa prima: habría que apuntar a quienes la han ofrecido y dirigirles una queja y una petición de adaptarse a los tiempos que corren a la hora de fijar semejante cantidad de dinero. (Por cierto, quién la decide y la ofrece, ¿la federación española de fútbol? ¿y quién decide si se pagan o no impuestos y dónde?)

- No me ha llegado ningún email para pedir que devuelvan las primas, "bonus" o como quiera que se llamen, los banqueros ineptos o/y chorizos que han llevado a la ruina entidades y han puesto su granito para colocar el país donde estamos. Incluyo aquí a todos los empleados que de buena o mala fe colocaron las ya famosas "preferentes", seguro que se llevaron sus comisiones. ¿Por qué no las devuelven? (Inclúyanse aquí políticos y ediles corruptos, individuos o sociedades corruptores, evasores fiscales varios. Devolver o donar a obras sociales).

- Tenemos a un grupo que está haciendo bien su trabajo, unos chicos que se lo están currando, que son un buen ejemplo de esfuerzo, de perseverancia, de lucha (que falta nos hacen); que es de lo poco que nos queda de esa "marca España" que anda de capa caída, porque el éxito deportivo de un país hace que su imagen en el extranjero sea mejor. ¿Y a éstos hay que reclamarles que entreguen lo que se les ha ofrecido (no algo pactado o exigido por ellos de antemano o si no no juego)? (Si me dicen que los jugadores dijeron algo así como "yo por menos de 300.000 no me levanto de la cama", la cosa cambiaría, pero no me consta). Por otro lado, pero esto es tema de otra entrada que tengo en mente, quizás en España nos falta cultura de que el trabajo bien hecho ha de ser reconocido y valorado también económicamente, (en todos los campos, no sólo el futbolístico), independientemente de que 300.000€ sea una exageración, que lo es).

Otras cosas:
- Que más nos valdría menos victorias de fútbol y mejor situación económica, estoy de acuerdo. Pero la situación es la que es y también podría ser la misma situación y no haber pasado a cuartos. (¿no es así? ¿Qué tiene de malo una pequeña alegría?)

- Pan y circo: sí, y los políticos respiran aliviados, y nos las están metiendo dobladas mientras nosotros miramos la pantalla, ése es el problema. Pero nos las han estado metiendo dobladas desde hace un tiempo, bastante antes de que empezara la Eurocopa y parece ser que tenemos mucho aguante, porque las estamos encajando todas. (bueno, si echamos la vista atrás sólo dos años -cuando la selección ganó el mundial- la sociedad parece haber despertado, y hay movimientos sociales, algo se mueve).

Sería bonito si donasen sus primas, sí, pero no seré yo quien se lo pida. Tampoco sabemos en qué obras sociales u ONGs participan ya como para juzgarles de antemano. (O si individualmente han decidido hacerlo y no se les ha pasado por la cabeza anunciarlo a bombo y platillo). Por otro lado, nuestros políticos tan contentos, se desvía la atención de sus dietas, salarios múltiples etc, mientras el vulgo ha encontrado otro blanco en el que descargar su descontento, se centra en pedir a los futbolistas que donen el dinero que les han ofrecido. Qué risa les debe estar dando -a los políticos, quiero decir-).

Y por último una reflexión para cada uno: Salvando las distancias y adaptándolo las cantidades a nuestra situación individual y económica, si nos ofrecen un trabajo extra en verano por el que nos van a pagar una bonita suma, y lo sacamos adelante de manera brillante... ¿Diríamos, "¡uy, por favor, no me paguen tanto, que en los tiempos que corren es moralmente indecente aceptar esta cantidad de dinero!"? O quizás "En cuanto cobre este dinero lo voy a donar íntegramente a ...". Porque no hay que pedir a otros que hagan lo que nosotros no haríamos. (A ver, nosotros, ¿colaboramos con obras sociales en nuestro día a día en la medida de nuestras posibilidades? ¿Donamos la paga extra? ¿Practicamos el comercio justo (no ya con países del tercer mundo si no con lo que se produce en el nuestro)? ¿nos escaqueamos en nuestro trabajo? ¿trabajamos en negro y cobramos el paro? ¿tenemos una asistenta en casa que nos cuida a la abuela y no la aseguramos? (Bueno, me estoy poniendo un poco demagógica, lo sé, pero es tan fácil decirles a otros lo que tienen que hacer sin habernos antes mirado a nosotros mismos).


Hay que ver: con la cantidad vergonzosa de dinero que mueven algunos clubes y la escandalosa deuda que tienen, con tantos salarios desorbitados en las ligas de fútbol profesional, y los poquitos impuestos que pagan (en proporción a otras escalas), que tenemos liga todas las semanas y esto se sabe de siempre, y tiene que ser precisamente ahora cuando nos entra la vena moralista.... No, no, no, lo siento pero no firmo. Si supiera cómo empezar una ronda de firmas lo haría pidiendo a quien haya decidido la prima de 300.000 que baje de las nubes y que a partir de ahora se ajusten a nuestra realidad económica en las primas. Pero pagarla con los jugadores y todo el equipo que va con ellos... Pues no. Y quizás no se me entienda, pero yo lo veo así.


martes, 26 de junio de 2012

Feo: Desprovisto de belleza y hermosura. Atractivo: (Dicho de una persona) Que por su físico despierta interés y agrado en las demás. (RAE)

Hoy se ha puesto malo un compañero de improviso, así que mientras la profesora de guardia se quedaba con mi grupo, yo me he ido a la clase de mi compañero a ponerles una tarea. A mi grupo les he dejado escrito en la pizarra todo lo que tenían que hacer durante mi ausencia. Vamos atrasados en temario y no hay tiempo que perder. Cuando al cabo de 15 minutos he regresado, la sustituta estaba de pie en medio de la clase, parecía que se había estado desarrollando una animada cháchara. "Bueno, bueno, ya me están contando todo lo de la excursión del otro día, que casi perdéis el tren, vaya aventura...". "Me la cargo" -he pensado- porque a ver quién les pone a trabajar ahora. Verano, última hora del día, me da que al grupo ya lo he perdido hoy. Pero no, no me la he cargado. Se ha ido a la clase de mi compañero y yo me he quedado en la mía.

Efectivamente tienen pocas ganas, no han hecho ni media actividad. Y yo estoy muy muy cansada. Así que hoy no habrá lucha. Ya se adelantará temario en otro momento. Con calma, y donde lleguemos hemos llegado. Pues venga, vocabulario: "a ver, en parejas, haced una lista de todos los adjetivos para describir personas que recordéis del trimestre pasado. Y los libros cerrados ¿eh? Esos cerebros, que trabajen. Tenéis un minuto". Y se ponen con ello. Son el grupo más callado y trabajador de todos los que tengo, el español es asignatura optativa y por eso sólo tienen una clase semanal. Por casualidad son todo chicas.

Pasa el minuto y pido que cada pareja diga un adjetivo. En la pizarra hago dos columnas, empiezo a escribir en la izquierda, y cuando alguien dice un contrario, lo pongo al lado del que corresponde en la columna de la derecha. Así tenemos alto-bajo, hablador-callado etc. En la izquierda está escrito feo, pero nadie parece acordarse de guapo. Siguen apareciendo más adjetivos y de repente alguien dice "atractivo". Empiezo a escribir la palabra al lado de "feo" y a la mitad me paro y pienso en voz alta:
     - "Un momento, atractivo no es el contrario de feo porque se puede ser feo y atractivo". Mientras hablo, borro lo escrito y me doy la vuelta.
     - "A ver, chicas, ¿qué pensáis? ¿creéis que alguien puede ser feo y atractivo al mismo tiempo?". Carcajada general y un sonoro "Noooooooooo". Ellas, el grupo de las silenciosas, que cuesta un triunfo hacerles participar.
     - "¿Noooo?" -digo yo-. "¿Estáis seguras?".
Más carcajadas.
     - "¡Síííííííí!". La carcajada es contagiosa y yo también me río, están tan convencidas... pero bueno, no tienen más que trece años.
     - "Pero, ¿seguro, seguro? -continúo-, ¿no pensáis que alguien puede resultar atractivo aun siendo feo? Yo pienso que sí".
     - "Bueno, -dice una-, si tiene así, cualidades interiores, puede resultar atractivo por dentro y... eso, entonces sí, podría ser". El resto parece estar de acuerdo. Yo insisto:
     - "Pero, entonces, ¿en serio creéis que para ser físicamente atractivo es necesario ser guapo?".

Ya ni me contestan. Siguen con la risa y en sus trece: feo y atractivo, imposible. Porque yo no hablo de belleza interior, hablo de atracción física independiente de los cánones de belleza. Feos y feas atractivos. Que los hay, por suerte. Pero no les voy a convencer, algunas no parecen creer que yo esté hablando en serio. Entre otras cosas porque me estoy partiendo de risa con ellas. Y tenemos que continuar. Ya se enterarán de lo que hablo algún día, ya se lo enseñará la vida. Todo a su debido tiempo. Así que les dejo parlotear un ratillo más y cierro el tema diciendo:
      - "Bueno, tenemos que dejarlo aquí pero vamos a hacer una cosa: dentro de diez años váis a recordar esta clase de hoy y vais a volver a pensar en aquella pregunta que os hizo la señorita Guinda. Y lo que respondísteis. ¿vale? Así que lo dicho: en mayo del 2022..."
      - "¡Señorita Guinda, que estamos en junio...!"
      - "Es verdad, así me gusta, que me escuchéis con atención. Entonces, junio del 2022, ¿Os váis a acordar?".
      - "Jajajaja, ¡Sííííííííí!" dice el grupo

De la concordancia de género y número entre adjetivos y nombres que dimos hoy no sé si se acordarán en unos años. Cuando descubran que las leyes de la atracción no siempre entienden de cánones de belleza, quizás sí recuerden esta clase.


*Editado: No sé por qué al publicar esta entrada ha aparecido un párrafo resaltado en blanco. No es mi intención destacar esa parte, no entiendo que ha podido ocurrir. He intentado arreglarlo pero no sé si lo he conseguido.