sábado, 17 de noviembre de 2012

Adiós, melena, adiós


La genética me ha regalado una abundante cabellera, a mí y a las demás mujeres de la familia. Durante más de 20 años he llevado el pelo largo, la longitud ha oscilado entre la cintura y el broche del sujetador. Así que más que pelo, estoy acostumbrada a oir que tengo  "pelazo", más que melena, "melenaza", y  por el color, en vez de morena, a veces me he oído llamar "morenaza". El estilo ha ido variando: más de 20 años dan para muchas modas y tendencias, entre las que destaco:


La clásica melenapantoja 

El "ricci",esa permanente... La peluquera me aseguró que me quedaría el pelo como a Nina, pero qué va, qué va, ¡fue un desastre total!


Quiero la melena-Rachel-de-Friends, le dije al peluquero. Y salí de la peluquería con este corte: este sí fue un éxito total.

Con el flequillo-cleopatra-a-lo-Eva-Amaral me dijeron que me había quitado 10 años de encima, ¡ahí es nada!

En ocasiones especiales me rizaba las puntas, estilo glamour-en-la-alfombra-roja, aunque no me duraba nada.

De modo que con corte a capas, desfilado, descargado, liso o rizado, con largo único, largo redondeado, escalonado, flequillo a un lado, flequillo recto, flequillo desigual, el pelo largo me ha acompañado durante toda una vida. Pero no sé, desde hace un tiempo no me gustaba tan largo, aunque no sabía lo que quería. Hasta que vi el corte perfecto y decidí que lo quería

  
Le llevé esta foto al peluquero, llamado Fraser, y me dijo que sin problema.
Ahora me dicen que me he quitado cinco años de encima. Yo creo que normalmente cualquier cambio de estilo te hace parecer diferent, y normalmente más joven.

Fue muy raro salir con tanto pelo de menos, aunque ya hace muchos años había llevado esa media melena, así.



Estoy muy contenta con el trabajo de Fraser, y si no lo estuviera, no habría más que esperar a que creciera el pelo. Aun así parece que me falta algo, y cuando veo a este chico no puedo evitar sentir cierta nostalgia...







martes, 16 de octubre de 2012

´Toy un poco cabreá (con comentario añadido)

Hace muchos años, en medio de una discusión adolescente con mi padre en la que debí soltarle alguna que le dejó sin saber que responder, me dijo esto: "tú sabes mucho, me parece a mí. Yo tendría que haberte puesto a trabajar a los catorce años en vez de estar pagándote unos estudios". Me los siguió pagando, claro, porque quería que tuviera una formación, un porvenir , independientemente de que a veces le pudiera salir contestona y listorra.  Y no sabe cuánto le agradezco que lo hiciera.

Cortan el grifo de las Erasmus, parece que corren el peligro de desaparecer. Se dice mucho a favor (sentimiento de pertenencia a un espacio común, conocimiento de otras culturas y formas de vida, un ir más allá de los estereotipos, recibir una formación más completa) y en contra (juergas, desmadre, alcohol y sexo, poco aprovechamiento académico, como si los que aplauden su desaparición no supieran que no hace falta irse al extranjero para eso, en fin).

Aparte de todo lo dicho, pienso que sería una pena que se acabase la oportunidad de ver cómo funcionan la política, la justicia, el compromiso ciudadano en otros países del entorno y compararlos con el nuestro. En todas partes cuecen habas, cierto, corrupción y comportamientos antidemocráticos están asociados al poder, pero la reacción ciudadana y los mecanismos de control son distintos, mejores en otros países con una mayor madurez democrática y de eso hay que aprender. Si la gente no sale fuera y lo ve no puede comparar. Y es más fácil mangonearla. Mejor que no sepan, mejor que piensen que todos son iguales y nada se puede hacer. Luego les contamos que ahí fuera nos tienen manía, incluso envidia. A la juventud mejor dejarla "sin estudios". Lástima que a esta juventud no la puedan ni siquiera poner a trabajar.

Yo nunca me fui de Erasmus, no tuve esa oportunidad. Pero a finales del siglo XX agarré una maleta y salí al extranjero a trabajar y estudiar, en lo que pensaba sería un año fuera y va camino de ser toda una vida. Y he tenido tiempo de ver y comparar, y aprender, y también de asumir responsabilidades y exigirlas a quien le pago el sueldo para que gobierne. Y esto es algo que nunca hubiera desarrollado de haberme quedado allá en mi tierra. Porque no lo habría visto nunca ni habría sabido que existiera. Como le pasa  a una parte de mi familia y a algunos amigos. Y hoy yo estaría como ellos.

Todo este pedazo de introducción para decir que hoy estoy cabreada. Con ellos. Son buena gente, trabajadores natos (los que aún tienen trabajo), que no han vivido por encima de sus posibilidades, que se preocupan por sus hijos, por su comunidad, pero que no terminan de enterarse. Porque piensan que este bache pasará tarde o temprano, o porque se creen lo de que no hay dinero y es normal que se recorte, o porque ya no ven la tele para no ponerse enfermos, o sencillamente porque siguen con su rutina video-consolera, telebasurera y feisbukera y no tienen tiempo para leer un periódico, o porque están tan ocupados con los hijos, con los estudios, que no les da tiempo a nada más, o porque están muy estresados pensando en cómo llegar a fin de mes, con la subida de la luz, la gasolina, el gasóleo de la calefacción etc... o porque todos los políticos son iguales y esto no tiene arreglo y no se puede hacer nada. No se puede hacer nada porque nada va a cambiar es el mantra. Ya ni siquiera informarse. Y yo desde aquí estoy más enterada de lo que pasa allí que ellos, y tampoco me entero del todo. Claro que algunos no tienen internet, ni tiempo para meterse. Si se informaran, se cabrearían, y si se cabrearan, protestarían.

Llevo dos fines de semana mandándoles mensajes de texto para que vean un programa de una cadena española que lleva como título el participio del verbo salvar. Un programa que me parece de lo más interesante y esclarecedor. Se podrá o no estar de acuerdo en todos los planteamientos, pero tiene miga. ¿Pensaréis que alguien me ha contestado diciendo que lo va a ver, o que lo ha visto y qué ha descubierto, qué le ha parecido, o que? Pues no, a día de hoy ni los del guasap, que les sale gratis. Nada. Ni un mal correo electrónico. Aunque sea para llamarme pesada, aguafiestas, plasta. Bueno, exagero, sólo una respuesta, no pudo verlo porque eran las fiestas del barrio, y de verdad que lo entiendo, que uno tiene que salir también un rato y olvidarse de preocupaciones, peeero, ¿el resto del tiempo?

¿Tiene sentido que yo piense tanto en ellos? Al fin y al cabo yo no estoy pasando frío por no poder poner la calefacción, yo no tengo tíos ni suegros con el paro agotado y pasándolas canutas con la ayuda mínima, yo no estoy en el paro, yo no estoy sufriendo recortes salariales -de momento-, yo no estoy desesperada porque se me va a pasar el arroz pero no me puedo permitir quedarme embarazada, yo no tengo unos hijos en casa sin trabajar, viendo cómo se les va la juventud, con una vida estancada sin visos de mejorar, yo no soy quien está estudiando una carrera y ¿para qué?, yo no tengo que preguntarme qué clase de futuro les espera a mis hijos cuando crezcan. Además tampoco pago los impuestos allí.

Yo tengo que empezar a pensar que cuando las barbas de tu vecino veas pelar... porque aquí también hay tijeras, lo que pasa es que hay más tela para recortar y por eso no es tan evidente. Y si llegado el momento tengo que salir a protestar, espero no comportarme como la ovejita crédula y sufridora que sería ahora mismo allí de no haber visto lo que se hace en otras partes del mundo. Así que a pesar del cabreo les entiendo. Y admiro profundamente a esos otros familiares, amigos, conocidos y desconocidos que se informan, que se mueven, que protestan, que se manifiestan.

Ay, España duele.

Añadido: Casualidades de la vida, en  un periódico digital me he encontrado con   esto . La columnista, "susurrando al oído de algunos expertos" el nombre del conductor del programa, realmente hace lo mismo que yo con mi familia y amigos. Claro que susurrar es más sutil que lo que hago yo que soy más directa. Me da que es un programa ignorado inocente o interesadamente por tertulianos varios.

martes, 9 de octubre de 2012

Adelantando trabajo

Mi cenita de hoy. Todo un lujo. Perdí el último autobús desde el trabajo, a las 17.51. Lo vi pasar de lejos. Eso significa andar casi una hora hasta la siguiente parada en el pueblo. Me había quedado para adelantar trabajo. Casi una hora bajo una fina llovizna y yo sin paraguas. Llevo "adelantando trabajo" desde que empecé en septiembre. Me dije a mí misma que todo iba a estar bajo control, que el volumen de trabajo no me iba abrumar y lo iba a hacer de tal manera que encontraría más tiempo libre. Trabajar y también estudiar, que esto de la formación contínua es como su nombre indica, contínua.

El caso es que me paso el tiempo libre "adelantando trabajo". En el autobús mi mente no paraba de enumerar todo lo que tenía que hacer en casa para mañana. Además de corregir y preparar una reunión de padres, tenía pendiente contestar a la carta borde de una madre de esas para quienes su retoño es lo mejor y la señorita Guinda una bruja que sanciona con demasiada dureza. Ha de ser una contestación muuuuy diplomática donde quede claro que las cosas no son como dice el angelito, pero sin que nadie sienta su sensibilidad herida. La mía a ellos les da igual, pero bueno, son gajes del oficio. En esas venía pensando cuando he recordado que también tenía que cenar. Con un chino del take-away voy que chuto. Y mira que están ricos, pero hoy en el fondo no me apetecía chino. Y he recordado que tenía jamón serrano al vacío y queso manchego del bueno, que me dio mi madre la última vez que fui de visita, y vino tinto, y mira por donde también un pequeñísimo blog donde hace mucho que no escribo porque tengo mucho trabajo que adelantar. Y blogs por donde paso de puntillas y leo, pero no paro a contestar por todo ese trabajo que adelantar. Para cuando he apretado el botón de parada ya había decidido que hoy tocaba "adelantar" en tiempo libre. Y que me apetecía mucho más hacer una entrada y visitar blogs que escribir una carta diplomática o corregir cuadernos.

No sé, mejor dicho, sí sé, hay temor. Mi pasión por la enseñanza se mezcla con el temor, un miedo que ya no se manifiesta abiertamente pero miedo al fin y al cabo: miedo a no dar la talla, miedo a que el porcentaje de aprobados sea bajo, miedo a esos hombres del saco que parecen ser los inspectores de educación, miedo a perder el trabajo. Miedo al paro. 

Es hora de calmarse, de dejar a un lado las paranoias, de volver a recuperar una cierta simplicidad. O me quedaré sin pilas muy pronto.Ya me he zampado la cena, despacito. He decidido quedarme en el sofá con el ordenador en las rodillas. aunque no duraré mucho porque estoy cansada. Mañana no empiezo hasta las 11.30. Así que esa auto-impuesta norma de presentarme allí a las 8 para, adivinad qué, eso, para "adelantar trabajo", se acabó. Mañana va a ir a las 8 Rita la cantaora ,que se dice por mi tierra, o Rita la churrera como oigo decir a otros españoles en el mundo por aquí. ¿Y en vuestro pueblo, qué Rita es?

lunes, 13 de agosto de 2012

Haciendo la maleta

Hora de marcharse por unos días. En busca de sol, de calor, alertas naranja incluídas si se tercian. Mientras haya un lugar para darse un remojón y buena compañía, los grados no me importan.

Y hablando de altas temperaturas, aquí dejo esta sugerente canción. Pensaba que era nueva (no recuerdo haberla oído nunca) pero al buscarla en la red me he enterado de que tiene casi ¡20 años!, es de 1993.  Ayer la tuve todo el día en la cabeza tras escucharla en la radio, es pegadiza. El estribillo (donde me parece escuchar un lindo gatito), me encanta.

Tease me, tease me, tease me, tease me, baby (¡¡miau!!), ´til I loose control...



¡Hasta pronto!

jueves, 9 de agosto de 2012

Fondo de armario

Lo vi colgado de una percha, escondido entre otros muchos en una tienda benéfica de segunda mano. Me llamó la atención por lo coqueto y femenino y por su falda plisada. ¿De qué material estaba hecho? ¿Crepé, tal vez? No sé, era muy ligero. Parecía de esos que no necesitan plancha. Tenía unas manchas, ¿se podría lavar? ¿a mano o a máquina? ¿O quizás sólo admitía limpieza en seco? Lo volví del revés buscando la etiqueta. No la encontré. Del revés me llamó más la atención todavía: no era una confección industrial, al menos como yo la he conocido siempre, con sus pespuntes y remallados imposibles de hacer con una máquina normal. Sin embargo, tampoco parecía un producto hecho en casa. Era algo a medio camino. En los tirantes se apreciaban unas diminutas puntadas hechas a mano. Quizás la dueña había tenido que meterlos o sacarlos un poco. Esto parece antiguo -pensé-. Por fin encontré una etiqueta. No decía nada de acerca de su cuidado, pero sí de su origen: Made in Spain. ¡Qué ilusión! Algo fabricado allí, concretamente en Valencia. Un número de teléfono sin prefijo provincial y una "G" completaban la información. Nada de códigos de barras, C.I.Fs, sedes sociales o similares. Y una G de "grande", no una L... Esto es antiguo, desde luego, -pensé-.

         

Me metí en el probador. El vestido me entró bien y no me estaba grande. Yo uso una talla mediana o eso me dicen los fabricantes de hoy en día. Se dice y creo que es verdad que han ido cambiando las medidas de las tallas para "hacernos sentir bien". Me miré de frente, de un lado, del otro lado, por detrás. Era bonito. El escote engañaba, a pesar de terminar en pico era muy recatado, tan alto que no dejaba ver ni una pizca de canalillo. Y era más translúcido de lo que aparentaba. Qué raro que no tuviera forro, pero recordé que en otros tiempos las combinaciones eran una parte muy importante de la lencería femenina. Me miré de nuevo. En vez de ser yo, podría ser mi madre en las fiestas de su pueblo cuando estaba soltera. Ya me había enamorado del vestido. Esto es de verdad antiguo -pensé-, una de esas cosas retro, "vintage", que es como le ha dado a la gente por llamarlo ahora. ¿Quién pudo ser su dueña? ¿Cuándo lo compró? ¿Y dónde? ¿En unas vacaciones en España, o aquí? ¿Se hizo en un taller, en una fábrica o fue el trabajo de una modista particular? ¿Y cómo llegó hasta la tienda de segunda mano?  ¿Se deshizo la dueña misma después de haberlo conservado muchos años o quizás murió y su familia al hacer limpieza lo metió en una bolsa junto a muchas otras cosas para donarlo a la tienda?

Creo que lo voy a comprar -decidí-. Le saco un poco los tirantes, le pongo un cinturón chulo y ya encontraré la ocasión de lucirlo. Pero ¡ay! esas manchas... Humedecí una de ellas con agua de una botella y desapareció. Mío, mío, me lo llevo. Y me lo llevé. Por siete libras esterlinas. Directo a ese fondo de armario. ¿No dicen que ha de tener al menos un vestido negro?

Ya en casa, llamé al teléfono de la etiqueta, por curiosidad. Nada. Error en la llamada. Será que ese número ya no está activo. La verdad, no tengo ni idea de si el vestido es antiguo o no, pero da igual. Me encanta. Y me lo voy a poner. Aunque no esté a la moda. Una de las ventajas de crecer y madurar es que cada vez importa menos seguir los dictados de cómo hay que vestir, mientras te sientas bien con lo que llevas. Y si un día decido deshacerme de él, lo donaré a una tienda de segunda mano, para que alguien más lo vea, se enamore de él, lo compre y lo disfrute.


sábado, 30 de junio de 2012

De fúmbol y donaciones, no lo tengo muy claro.


Tenía esta entrada en mente, pero no iba a tener tiempo de escribirla, porque soy muy lenta redactando.  Sin embargo esta mañana me metí a leer uno de mis  blogs habituales y me salió de corrido un comentario de dimensiones exageradas: es prácticamente lo que pensaba escribir. Así que con pocos retoques y algún añadido, copio, pego y publico mi propio comentario. 

Hace días recibí un email con una invitación a firmar para pedir a la selección que donase esos miles de euros que van a recibir si ganan la Eurocopa. La intención de la iniciativa es buena, no lo dudo, pero tras pensarlo y pensarlo decidí que no. ¿Motivos?

- No son los futbolistas quienes han pedido esa prima: habría que apuntar a quienes la han ofrecido y dirigirles una queja y una petición de adaptarse a los tiempos que corren a la hora de fijar semejante cantidad de dinero. (Por cierto, quién la decide y la ofrece, ¿la federación española de fútbol? ¿y quién decide si se pagan o no impuestos y dónde?)

- No me ha llegado ningún email para pedir que devuelvan las primas, "bonus" o como quiera que se llamen, los banqueros ineptos o/y chorizos que han llevado a la ruina entidades y han puesto su granito para colocar el país donde estamos. Incluyo aquí a todos los empleados que de buena o mala fe colocaron las ya famosas "preferentes", seguro que se llevaron sus comisiones. ¿Por qué no las devuelven? (Inclúyanse aquí políticos y ediles corruptos, individuos o sociedades corruptores, evasores fiscales varios. Devolver o donar a obras sociales).

- Tenemos a un grupo que está haciendo bien su trabajo, unos chicos que se lo están currando, que son un buen ejemplo de esfuerzo, de perseverancia, de lucha (que falta nos hacen); que es de lo poco que nos queda de esa "marca España" que anda de capa caída, porque el éxito deportivo de un país hace que su imagen en el extranjero sea mejor. ¿Y a éstos hay que reclamarles que entreguen lo que se les ha ofrecido (no algo pactado o exigido por ellos de antemano o si no no juego)? (Si me dicen que los jugadores dijeron algo así como "yo por menos de 300.000 no me levanto de la cama", la cosa cambiaría, pero no me consta). Por otro lado, pero esto es tema de otra entrada que tengo en mente, quizás en España nos falta cultura de que el trabajo bien hecho ha de ser reconocido y valorado también económicamente, (en todos los campos, no sólo el futbolístico), independientemente de que 300.000€ sea una exageración, que lo es).

Otras cosas:
- Que más nos valdría menos victorias de fútbol y mejor situación económica, estoy de acuerdo. Pero la situación es la que es y también podría ser la misma situación y no haber pasado a cuartos. (¿no es así? ¿Qué tiene de malo una pequeña alegría?)

- Pan y circo: sí, y los políticos respiran aliviados, y nos las están metiendo dobladas mientras nosotros miramos la pantalla, ése es el problema. Pero nos las han estado metiendo dobladas desde hace un tiempo, bastante antes de que empezara la Eurocopa y parece ser que tenemos mucho aguante, porque las estamos encajando todas. (bueno, si echamos la vista atrás sólo dos años -cuando la selección ganó el mundial- la sociedad parece haber despertado, y hay movimientos sociales, algo se mueve).

Sería bonito si donasen sus primas, sí, pero no seré yo quien se lo pida. Tampoco sabemos en qué obras sociales u ONGs participan ya como para juzgarles de antemano. (O si individualmente han decidido hacerlo y no se les ha pasado por la cabeza anunciarlo a bombo y platillo). Por otro lado, nuestros políticos tan contentos, se desvía la atención de sus dietas, salarios múltiples etc, mientras el vulgo ha encontrado otro blanco en el que descargar su descontento, se centra en pedir a los futbolistas que donen el dinero que les han ofrecido. Qué risa les debe estar dando -a los políticos, quiero decir-).

Y por último una reflexión para cada uno: Salvando las distancias y adaptándolo las cantidades a nuestra situación individual y económica, si nos ofrecen un trabajo extra en verano por el que nos van a pagar una bonita suma, y lo sacamos adelante de manera brillante... ¿Diríamos, "¡uy, por favor, no me paguen tanto, que en los tiempos que corren es moralmente indecente aceptar esta cantidad de dinero!"? O quizás "En cuanto cobre este dinero lo voy a donar íntegramente a ...". Porque no hay que pedir a otros que hagan lo que nosotros no haríamos. (A ver, nosotros, ¿colaboramos con obras sociales en nuestro día a día en la medida de nuestras posibilidades? ¿Donamos la paga extra? ¿Practicamos el comercio justo (no ya con países del tercer mundo si no con lo que se produce en el nuestro)? ¿nos escaqueamos en nuestro trabajo? ¿trabajamos en negro y cobramos el paro? ¿tenemos una asistenta en casa que nos cuida a la abuela y no la aseguramos? (Bueno, me estoy poniendo un poco demagógica, lo sé, pero es tan fácil decirles a otros lo que tienen que hacer sin habernos antes mirado a nosotros mismos).


Hay que ver: con la cantidad vergonzosa de dinero que mueven algunos clubes y la escandalosa deuda que tienen, con tantos salarios desorbitados en las ligas de fútbol profesional, y los poquitos impuestos que pagan (en proporción a otras escalas), que tenemos liga todas las semanas y esto se sabe de siempre, y tiene que ser precisamente ahora cuando nos entra la vena moralista.... No, no, no, lo siento pero no firmo. Si supiera cómo empezar una ronda de firmas lo haría pidiendo a quien haya decidido la prima de 300.000 que baje de las nubes y que a partir de ahora se ajusten a nuestra realidad económica en las primas. Pero pagarla con los jugadores y todo el equipo que va con ellos... Pues no. Y quizás no se me entienda, pero yo lo veo así.


martes, 26 de junio de 2012

Feo: Desprovisto de belleza y hermosura. Atractivo: (Dicho de una persona) Que por su físico despierta interés y agrado en las demás. (RAE)

Hoy se ha puesto malo un compañero de improviso, así que mientras la profesora de guardia se quedaba con mi grupo, yo me he ido a la clase de mi compañero a ponerles una tarea. A mi grupo les he dejado escrito en la pizarra todo lo que tenían que hacer durante mi ausencia. Vamos atrasados en temario y no hay tiempo que perder. Cuando al cabo de 15 minutos he regresado, la sustituta estaba de pie en medio de la clase, parecía que se había estado desarrollando una animada cháchara. "Bueno, bueno, ya me están contando todo lo de la excursión del otro día, que casi perdéis el tren, vaya aventura...". "Me la cargo" -he pensado- porque a ver quién les pone a trabajar ahora. Verano, última hora del día, me da que al grupo ya lo he perdido hoy. Pero no, no me la he cargado. Se ha ido a la clase de mi compañero y yo me he quedado en la mía.

Efectivamente tienen pocas ganas, no han hecho ni media actividad. Y yo estoy muy muy cansada. Así que hoy no habrá lucha. Ya se adelantará temario en otro momento. Con calma, y donde lleguemos hemos llegado. Pues venga, vocabulario: "a ver, en parejas, haced una lista de todos los adjetivos para describir personas que recordéis del trimestre pasado. Y los libros cerrados ¿eh? Esos cerebros, que trabajen. Tenéis un minuto". Y se ponen con ello. Son el grupo más callado y trabajador de todos los que tengo, el español es asignatura optativa y por eso sólo tienen una clase semanal. Por casualidad son todo chicas.

Pasa el minuto y pido que cada pareja diga un adjetivo. En la pizarra hago dos columnas, empiezo a escribir en la izquierda, y cuando alguien dice un contrario, lo pongo al lado del que corresponde en la columna de la derecha. Así tenemos alto-bajo, hablador-callado etc. En la izquierda está escrito feo, pero nadie parece acordarse de guapo. Siguen apareciendo más adjetivos y de repente alguien dice "atractivo". Empiezo a escribir la palabra al lado de "feo" y a la mitad me paro y pienso en voz alta:
     - "Un momento, atractivo no es el contrario de feo porque se puede ser feo y atractivo". Mientras hablo, borro lo escrito y me doy la vuelta.
     - "A ver, chicas, ¿qué pensáis? ¿creéis que alguien puede ser feo y atractivo al mismo tiempo?". Carcajada general y un sonoro "Noooooooooo". Ellas, el grupo de las silenciosas, que cuesta un triunfo hacerles participar.
     - "¿Noooo?" -digo yo-. "¿Estáis seguras?".
Más carcajadas.
     - "¡Síííííííí!". La carcajada es contagiosa y yo también me río, están tan convencidas... pero bueno, no tienen más que trece años.
     - "Pero, ¿seguro, seguro? -continúo-, ¿no pensáis que alguien puede resultar atractivo aun siendo feo? Yo pienso que sí".
     - "Bueno, -dice una-, si tiene así, cualidades interiores, puede resultar atractivo por dentro y... eso, entonces sí, podría ser". El resto parece estar de acuerdo. Yo insisto:
     - "Pero, entonces, ¿en serio creéis que para ser físicamente atractivo es necesario ser guapo?".

Ya ni me contestan. Siguen con la risa y en sus trece: feo y atractivo, imposible. Porque yo no hablo de belleza interior, hablo de atracción física independiente de los cánones de belleza. Feos y feas atractivos. Que los hay, por suerte. Pero no les voy a convencer, algunas no parecen creer que yo esté hablando en serio. Entre otras cosas porque me estoy partiendo de risa con ellas. Y tenemos que continuar. Ya se enterarán de lo que hablo algún día, ya se lo enseñará la vida. Todo a su debido tiempo. Así que les dejo parlotear un ratillo más y cierro el tema diciendo:
      - "Bueno, tenemos que dejarlo aquí pero vamos a hacer una cosa: dentro de diez años váis a recordar esta clase de hoy y vais a volver a pensar en aquella pregunta que os hizo la señorita Guinda. Y lo que respondísteis. ¿vale? Así que lo dicho: en mayo del 2022..."
      - "¡Señorita Guinda, que estamos en junio...!"
      - "Es verdad, así me gusta, que me escuchéis con atención. Entonces, junio del 2022, ¿Os váis a acordar?".
      - "Jajajaja, ¡Sííííííííí!" dice el grupo

De la concordancia de género y número entre adjetivos y nombres que dimos hoy no sé si se acordarán en unos años. Cuando descubran que las leyes de la atracción no siempre entienden de cánones de belleza, quizás sí recuerden esta clase.


*Editado: No sé por qué al publicar esta entrada ha aparecido un párrafo resaltado en blanco. No es mi intención destacar esa parte, no entiendo que ha podido ocurrir. He intentado arreglarlo pero no sé si lo he conseguido.





jueves, 24 de mayo de 2012

Entre pitos y flautas

Antes de salir de viaje quería compartir un pensamiento que me produjo cierta risa cuando apareció por mi cabecita.

Corría el mes de julio del 2010 y por esa época me vi unos cuantos partidos de fútbol por la televisión. Cuando sonaba el himno nacional de un equipo, se oían pitidos y silbidos de una parte de la hinchada del equipo contrario. Y cuando sonaba el propio, como no tiene letra, los aficionados seguían los acordes cantando lolo-lolo-lololololololo-lololololó etc. A mí me producía un cierto malestar y vergüencilla ajena. Porque era la hinchada de mi país. Y entonces recordé lo de la pitada en una final de copa en Valencia. "Si va a resultar que esto de pitar y silbar himnos es algo muy español, jajaja".

Sin entrar en analizar los motivos, da igual los que sean, a mí lo de las pitadas personalmente me parece una garrulada, una falta de educación y un síntoma de que aún nos queda un ratito para ponernos a la altura de otros países del entorno. Hay un momento y un lugar para cada cosa. No sé si es que no valoramos nuestros propios símbolos y por eso no entendemos que haya gente que sin ser radical pueda sentirse herida por estas muestras de falta de respeto hacia ellos. No sé si es que el más simple protocolo de sentido común nos la refanfinfla. No sé si es que somos tan cortos, tan ciegos o tan hipócritas que nos rasgamos las vestiduras cuando nos hacen lo mismo que nosotros hacemos. Y por lo que he visto hasta ahora aquí no hay hechos diferenciales que valgan.

Soy consciente de que estoy generalizando pero es por las prisas con las que escribo. Tiene que haber un montón de gente que piensa igual que yo en todas las CC.AA y por supuesto en todas las hinchadas. Pero los vocingleros consiguen más atención.

Mientras tanto se prepara un fuerte dispositivo policial, se autoriza no se qué manifestación que podría hacerse cualquiera de los restantes 364 días que tiene el año. Quienes tienen el poder de la palabra de momento no han estado a la altura que yo sepa, todos caldean el ambiente, cada uno con sus intereses, con su agenda más o menos oculta: unos hablan de un derecho de los aficionados a mostrar sus sentimientos, a expresarse libremente; otros, de medidas drásticas por una especie de ofensa grave, de ultraje, (con la de ultrajes que están saliendo a la luz últimamente). Cuando realmente una pitada no es más que una falta de modales, de saber estar, un comportamiento cateto, impropio de una sociedad moderna.

Hace años pasé por una ciudad alemana donde esa tarde se iba a celebrar una final de fútbol. Con sus camisetas, sus cánticos "tribales", y sus cervecitas al sol, un gran número de aficionados abarrotaba las terrazas de una plaza, disfrutando del momento. Era una estampa simpática. Y eso es lo que debería ser cualquier final deportiva. Y es lo que deseo que sea para todos los que se van a desplazar a la capital a ver jugar a sus equipos.

Por último, tenemos una Eurocopa a la vista, sería bueno aprender eso de no hacer al vecino lo que no quieras que te hagan a ti y guardar un respeto cuando el himno del equipo contrario suene.

Y por último, que gane el mejor.

martes, 22 de mayo de 2012

Pues porque yo también "me crié" en la pública

Poco más se puede añadir, lo mejor es ver el vídeo:



domingo, 20 de mayo de 2012

La vida sigue su curso

Yasmin es la alumna más brillante que he tenido hasta ahora. Alumnos brillantes hay muchos, pero ella es la más completa, ¡si hasta hasta sus cuadernos tienen una presentación impecable y su letra da gusto leerla! Es muy inteligente y trabaja duro, en casa y en clase. Tiene también una expresión seria en el rostro, aunque no desagradable, más bien grave, enigmática. De hecho el curso pasado nunca estuve segura hasta el final de si le gustaban la asignatura, las clases, o yo, su cara no transmitía mucho. Porque además es discreta y no le gusta destacar, así que no participaba demasiado. La primera vez que le vi una sonrisa de oreja a oreja fue tras el examen oral de fin de curso. Me dejó muda, sin duda el mejor examen, por encima de lo exigido y requerido para su nivel. Normalmente les digo la nota en el acto, lo que han hecho bien, lo que tienen que hacer para mejorar, etc pero debí olvidarme de darle la puntuación. Así que al final de la clase se me acercó con dos amigas (que también lo habían hecho muy bien y habían sacado la nota máxima) y me preguntó toda tímida si ella también había conseguido la máxima puntuación. Yo hubiera querido decirle que la había sobrepasado con creces, que se había saltado el baremo hacia arriba unos cuantos puntos, pero al estar delante las compañeras me limité a decirle "pues claro, Yasmin, tú también tienes la nota máxima". Y una gran sonrisa le iluminó la cara.

Después descubrí que la asignatura le gustaba ya que la eligió para el siguiente curso y por casualidad volvió a ser alumna mía. Ha seguido en su línea de trabajo y progreso, con su semblante serio, y su expresión grave y algo enigmática. Hasta hace dos semanas. en que observé un "ligero" cambio: le sorprendí haciendo dibujillos y cuchicheando con su compañera, intentando prestar atención pero sin poder evitar una constante risita floja sin un motivo aparente. Durante toda la hora. La risa le bailaba en los ojos. Tras la sorpresa inicial no me llevó mucho hacer un diagnóstico: ¡Yasmin se había enamorado! Como se enamora cualquiera a los 13, 14 años. ¿Alguien lo recuerda?  Haced un poco de memoria... Qué bueno que el mundo siga su curso, a pesar de las crisis, las recesiones, las preocupaciones y los tiempos difíciles.

Bueno, pues en esto pensaba y escribía mientras este fin de semana sonaba sin cesar en la radio una canción muy pegadiza. "Guguleando" un ratillo la he encontrado. El enlace que incluyo la define como "feel good song", y así es: pegadiza, agradable al oído, sin complicaciones ni muchas profundidades, pero cumpliendo con su misión de hacerte sentir bien, de alegrarte el ratillo que la escuchas y hacer que se muevan los pies solos. Se llama "D r iv e  b y" y es  de un grupo llamado T r a i n.  Aquí    se pueden ver el vídeo y la letra. De verdad que te da vidilla. Además, es una canción de amor, así que apropiada para esta entrada.


sábado, 5 de mayo de 2012

Ellos también tuvieron veintipocos años

Ayer dijeron en la tele que era su cumpleaños. 69. "¿Sólo?" -pensé-. Para mí siempre fue un cantante mayor, "viejo", su música por tanto era música para mayores, padres y abuelos, y jamás le presté mucha atención. Reconocería sus canciones y su voz, claro, pero si intento recordar actuaciones suyas, lo que me viene a la mente son imitaciones de Martes y Trece. Mencionaron en el reportaje su paso por Eurovisión. "Ah, ¿pero que estuvo en Eurovisión?". La wikipedia lo presenta como "un cantante español reconocido por sus vigorosas actuaciones, donde hace gala de una voz y expresión corporal muy personales". Nació en 1943 y a los nueve años "fue reconocido como la mejor voz infantil de Europa en un concurso de Salzburgo, Austria". Participó en Eurovisión en los años 1966 y 1967. Tras esta exhaustiva investigación me fui al youtube y allí y me encontré con un jovencito que ya apuntaba maneras de esa expresión facial y corporal tan personales, pero con una frescura y una naturalidad delante de la cámara que me han dejado con la boca abierta. Ahí, él solo delante del micrófono, sin coros ni acompañantes, sólo la orquesta. ¡Y qué voz! La canción de 1967 no la conocía, así que dejo ésta del Festival de 1966. Quedó séptimo.


martes, 1 de mayo de 2012

Pero algo bueno tendremos ¿no?, ja, ja.

Hace un par de años llegué de a casa de mi hermano justo a tiempo de presenciar una pelea entre mis sobrinos (ella, 16 años entonces, 12 él). Se estaban llamando de todo a grito pelado. Esto hirió mis sensibles oídos de tía-que-viene-de-visita y no está acostumbrada a presenciar estas cosas. El hecho de pensar que algo parecido seguramente fue el pan nuestro de cada día conmigo y mis hermanos en alguna época, y que no tenía tanta importancia no me hizo sentir mejor. Y con la autoridad de tía-que-viene-de-visita y que de algún modo no deja de ser novedad, con un berrido me hice oir y les dije que ya estaba bien, que qué era eso de insultarse entre hermanos, hombre. Acto seguido y aprovechando que me escuchaban añadí: "bueno, pues ahora que ya os habéis puesto a caldo, váis a pensar en tres cosas buenas el uno del otro y os las váis a decir. ¡Hala! A echarse un piropo". Hubo un silencio, risitas nerviosas, incrédulas, sin duda les había descolocado. Tras algún "pues no se me ocurre nada", o algún burrote "tíííaaaa, que esto es muuuuy difíiiicil", empezaron a salir cosas como: "me presta dinero cuando me hace falta", "me ayuda con los deberes", "no se chivó de esto", "me hace reir", "no le contó a mi padre que...", y algo más que no recuerdo. ¡Ah, cómo los quiero!

Pues un poco así, como ellos, descolocada y sin una respuesta pronta, me he quedado esta tarde con una respuesta a un comentario en mi anterior entrada, donde no había sido yo muy positiva: Tanto en el post como en los comentarios, llamaba la atención sobre el egoísmo y la cortedad de miras, la falta de compañerismo y el carácter individualista del español: Incluía además de un ejemplo de "choriceo" de materiales de obra.  Una frase parte de ese comentario recibido ha dado título a la entrada: "Pero algo bueno tendremos ¿no?, ja, ja.",  refiriéndose a los españoles. Eeehhhmmm.... pues claro que tenemos, ¿no? Tanta auto-crítica -que creo que es algo también bastante español- es nociva. Me ha llevado unos minutos poder expresar con palabras algo bueno,como por ejemplo la capacidad de resistencia y de salir adelante en situaciones difíciles.

Luego me han venido más cosas a la mente, pero me gustaría saber qué pensáis los que pasáis por aquí a visitarme. Así que os invito a pensar, comentar y compartir: ¿qué tenemos de bueno los españoles, en nuestro carácter, en nuestra forma de ver la vida? Preguntadles a vuestros amigos y luego me lo contáis. Sé que invito a generalizar y ya se sabe que las generalizaciones no son buenas y bla bla bla, me encantaría saber qué pensamos de nosotros mismos, porque, algo bueno tendremos ¿no?

Gracias Blue, por hacerme pensar.



viernes, 27 de abril de 2012

"Solidaridad"

En un reciente viaje a España conocí en casa de una amiga a una joven madre de una criatura de poco más de un año. Casada y trabajadora, con el cinturón apretado y mucho estrés, como suele ser normal en estos tiempos. Esa tarde llegó a casa de mi amiga (su amiga también, claro) con necesidad de desahogarse, así que no le importó mucho hablar delante de una extraña -yo-, y tampoco creo que le importe que lo cuente.

Esta chica trabaja para una empresa donde hay turnos de mañana y de tarde. Ambos turnos pueden ser de seis  o de ocho horas, siendo el suyo de mañana y de ocho horas. Desde su reincorporación tras su baja por maternidad, se acogió a su derecho de reducción de jornada para poder ocuparse de su retoño, y ha estado trabajando seis de las ocho horas que establece su contrato desde entonces. Recién estrenada la reforma laboral, la empresa tomó la decisión de suprimir el turno de mañana de ocho horas (no el de seis), y pasar a la plantilla con ese contrato a la tarde. Una mañana se les comunicó mediante una lista en la que no aparecían algunas personas, concretamente las madres con reducción de jornada. No tardaron en oírse voces de protesta del tipo: "Aquí falta gente". "Yo no doy nombres pero aquí falta gente". Ante la sospecha de que a las madres les habían respetado el turno, no tardaron en surgir las conversaciones de cafetería, en las que se escucharon perlas como que "ser madre es una opción" o que "es que por ser madres no tienen por qué tener privilegios". Tras una mañana de comentarios, rumores etc, esta chica y otras madres pasaron de no estar incluídas en la lista a ser llamadas al despacho al final del día y al día siguiente para notificarles el cambio de turno, sin opción ni posibilidad de negociación.  El hecho de que no aparecieran en la lista pudo quizás deberse a que el ordenador sólo reconoció a quienes de facto trabajaban ocho horas, sin tener en cuenta reducciones. También corrió el rumor de que alguien había pasado una lista de quienes faltaban a la Dirección, al fin y al cabo no es una empresa tan grande y se conocen todos.

Que la empresa se pasó por el arco del triunfo las circunstancias de estas mujeres integrantes de su plantilla, que la conciliación familiar les importó un pepino, que ni siquiera consideraron la opción de mantenerlas en el turno de mañana dadas sus circunstancias, ni mostraron interés en saber en qué situación quedarían, si podrían apañárselas y continuar trabajando, y que esto en definitiva los gerentes lo hicieron porque pudieron,  pues en fin, entra dentro de lo que tristemente se puede esperar. Desgraciadamente además (vayan por adelantado mis disculpas a las empresas españolas que valoran más a su plantilla), esto también entra en el concepto de "marca España", expresión que se oye mucho últimamente, pero que tiene también esta cara cutre y atrasada.

Y ahora vamos con la reacción del resto del personal laboral, que es la que más me impactó. Mi pregunta es: ¿fueron esos comentarios el colmo de una actitud a todas luces machista? ¿O fueron simplemente un reflejo de un "aquí si me jodo yo nos jodemos todos"? ¿O quizás las dos cosas? Reflexionemos unos momentos  antes de continuar... ¿Ya tenemos una respuesta? Pues bien, ahora viene lo mejor. Esa plantilla del turno de mañana de ocho horas estaba formado única y exclusivamente por mujeres. Añado otra perla cultivada en cafetería que no puse más arriba: " es que ser madre es una elección, no es justo que la que no quiera ser madre no pueda tener esos beneficios". 


Triste, muy triste ¿no? Todas mujeres, y de diferentes edades. Entre las que protestaban había desde jóvenes y no tan jóvenes solteras hasta señoras con hijos ya crecidos e independientes. No, no voy a caer en eso de que las mujeres somos muy malas, unas lobas entre nosotras, que somos nuestro peor enemigo y blablabla, porque no es verdad. De hecho hubo más compañeras a quienes les pareció bien si las madres podían quedarse en el turno de mañana. La empresa no habría tardado en darse cuenta de su error, las madres habrían pasado sin remedio al turno de tarde tarde o temprano. Pero hay que ser muy corto (cortas en este caso) de miras para reaccionar como lo hicieron, amparadas en semejantes argumentos: significa que todavía hay quien no se entera de que lo que beneficia a uno nos beneficia a todos, que se trata de derechos, no privilegios, y que no hay que arrastrar hacia abajo a nadie, si no luchar por mantenernos todos a flote y si puede ser subiendo. Como miembros de una sociedad y como mujeres, cero patatero para estas trabajadoras. Esta actitud es el mejor regalo que se puede hacer a quienes por nuestro bien, suprimen derechos día sí y día también.

En fin, tampoco hace falta comentar mucho más. Quizás ciertas corrientes feministas que endosan a los hombres la exclusiva responsabilidad  de las injusticias contra el género femenino, deberían darse cuenta de que aún queda mucho por hacer entre las mujeres cuando no son capaces de reconocer y percibir como bueno el que otras puedan, llegado el caso, conservar un turno de trabajo si el cambio hace imposible el cuidado de los hijos. Porque hoy en día ya se sabe, si no puedes ser flexible, pues a la calle.

¿Y la empresa? ¿No sería su decisión una muestra de la tan cacareada "violencia estructural" contra la que se iba a luchar para que las madres pudieran ejercer su derecho a ser madres? Ingenua que es una, que de verdad que yo pensaba que era eso a lo que se refería el ministro, ahora no tengo ni idea de lo que puede ser.


domingo, 22 de abril de 2012

Cosas que pasan por la cabeza



Ayer fui a un restaurante italiano, donde algunos de los camareros son viejos conocidos: no nos vemos mucho pero existe ese tipo de cariño entre extranjeros que llegamos aquí en la misma época hace ya años (en principio para una temporada) y terminamos asentándonos de manera permanente. Tras la cena, cuando el restaurante se iba vaciando, pude hablar unos minutillos con Mr. Abruzzo. “E come va la Spagna, Guinda? –me preguntó-. Perche l´Italia è un casino…”. (Un follón). Y hablamos un ratillo del “casino” italiano y el “casino” español. Ambos coincidimos en el mal cuerpo que nos deja meternos en Internet día a día y leer las noticias, él las de Italia, yo las de España.

El problema es que no da tiempo a reaccionar: el cúmulo de noticias sobre recortes, ajustes y sus consecuencias en gente que no tiene la culpa de nada, indultos, corrupción, cara dura, cinismo etc. se produce a tal velocidad que apabulla, paraliza y deprime. No da tiempo a reaccionar, digerir la noticia, escandalizarse en condiciones, protestar. A eso se unen las historias de familiares y amigos, familiares de amigos, amigos de familiares y amigos de amigos: más recortes, despidos, situaciones difíciles. Es verdad, te quedas con mal cuerpo y en ocasiones no se te va de la cabeza en todo el día. Este viernes me sorprendí despertándome acongojada pensando en qué sorpresas depararía el consejo de ministros.

Y no son solo las noticias en sí, si no el cinismo de la clase política que tras meter la tijera afirma sin despeinarse que la calidad de los servicios no tiene por qué resentirse. Jijí-jajá-jujú. Pienso en la educación, por ejemplo. Pues claro que se va a resentir la calidad, claro que sí. No sé si habrá más manifestaciones o protestas. Pero aparte de participar en ellas y reivindicar un mayor presupuesto y mejoras, ¿qué puede hacer un ciudadano en su día a día? Pienso en lo bueno que sería que padres y alumnos no dejaran solos a los profesores en esto: que los padres que no lo hacen se implicasen más y de manera más firme y constante en la educación y el rendimiento escolar de sus hijos, que les animasen a estudiar, a esforzarse, a dar lo mejor de sí mismos, a respetar a sus profesores, a participar de forma activa en las clases, a hacerles ver la importancia de formarse, a valorar y aprovechar la oportunidad de educarse. Y que los padres colaborasen con los profesores, que no los vieran como “enemigos” de sus retoños. Y que los retoños que no lo hacen, empezaran a tomarse en serio esta parte de su vida. 

Quería hablar de más cosas: de si realmente sirve de algo caer en este estado de ánimo, reflexionar sobre qué podemos hacer como individuos en el día a día, pero no logro pasar mis ideas a palabras. Quizás otro día porque si no esta entrada irá al cajón de las empezadas y nunca publicadas, que en estos meses han sido unas cuantas.

Por cierto, Mr. Abruzzo me preguntó por mi signo del zodíaco y la fecha de mi cumpleaños. Tras hacer unos cálculos numéricos me dijo todo serio que Saturno se estaba empezando a alejar de mi signo y que a partir de septiembre iba a notar una mejoría notable, porque sin duda llevaba ya un año difícil. Pues sí, mi pequeña economía cayó en una segunda recesión y, aunque apretada, vuelvo a respirar, aunque esto Mr. Abruzzo no lo sabe, y un "año difícil" es la norma ahora mismo. No creo mucho en los horóscopos, pero hasta una cosa así anima en estos momentos. Ah, si esta explicación se pudiera aplicar a los países no habría más que esperar a una conjunción favorable de astros para ver a España salir del bache.