sábado, 6 de agosto de 2011

Pensamientos

A fuerza de pasar tanto tiempo fuera de España, me sorprendo contemplándola con ojos de turista: recordando, redescubriendo (o descubriendo sin más) tanta historia, tanta riqueza, tanta belleza, esa vastísima herencia cultural... Es difícil creer que estemos en tan penosa situación. Hay mucha vida, todo parece tan normal, pero tras el bullicio en plazas y calles se esconden sin duda los dramas de muchas personas. Oigo y leo que estamos al borde del abismo, o lo que es lo mismo, del rescate.

Pienso en nuestros gobernantes y/o aspirantes a serlo. ¿Fueron siempre así? ¿Alguno de ellos estuvo enamorado de su país y tuvo durante sus primeros pasos en la política el amor, la amplitud de miras y el deseo de hacerlo crecer, desarrollarse? ¿Qué les pasó? ¿Cuándo, dónde se fue todo al garete? Pienso en todos los jetas que se metieron en política para medrar, también en aquellos que amasan y dirigen grandes fortunas, y ya que me pongo, en todos los ciudadanos anónimos que de un modo u otro choricean dinero público, en particular todos esos (y esto es un masculino genérico que incluye hombres y mujeres) que para más inri se dan patrióticos golpes de pecho, afirmando su españolidad por encima de todo, pero que no tienen ningún reparo en evadir capitales, en aprovecharse al máximo de sus cargos y de sus compatriotas, en gestionar lo público de forma pésima, en contribuir a que las arcas del Estado se vacíen con mayor rapidez...

Sé que hay millonetis, políticos y ciudadanos de a pie que no son como los que acabo de señalar, pero es que no se les nota, los otros les quitan todo el protagonismo. O no interesa que se les vea, porque entonces los primeros quedarían aún más en evidencia. Y la inevitable pregunta: ¿qué se puede hacer, o qué podemos hacer los que no nos identificamos con ninguna de las categorías anteriores, que hay mucha gente buena/buena gente por aquí? Todo esto lo pensaba hoy, con la respiración contenida a la vista de la belleza, la majestuosidad de una pequeña capital de provincias, vista desde lo alto de un cerro. No tengo la respuesta, pero sé que, sin necesidad de aspavientos o golpes de pecho, estoy enamorada del país donde nací y crecí y que a mí, como a muchos, me duele horrores ver a dónde nos estamos dirigiendo.

Hoy ya no me da para pensar más.

9 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo contigo.
    No conozco las respuestas a tus preguntas, tambien me las hago.
    Un beso.

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  2. Y dices que no te da mas el día para pensar que lo que has pènsado desde ese bello cerro?, ya me gustaría a mí que todos esos que nombras se asomaran a dónde tú estas y pensaran sobre ello.
    Disfruta y pasatelo lo mejor que puedas en estos días que estas de vacaciones Guinda, y sumérgte en la belleza de esoslugares por dónde andas.
    Un abrazo grande

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  3. Es la primera vez le leo a alguien que con rotundidad dice lo mismo que yo: que aparte de políticos y grandes fortunas, ciudadanos normales y corrientes, que se consideran honrados, contribuyen con su granito de arena (y 40 millones de granos de arena es mucha arena) al saqueo descarado de un país: los que ocultan un dinerillo a Hacienda, los que se llevan del trabajo los paquetes de folios para que sus niños no los tengan que comprar para el colegio, los que no se ganan el sueldo que cobran, los que abusan de la sanidad pública, los que mienten y falsean documentos para acceder a lo que no les corresponde (sea una plaza en un colegio público, sea una beca, sea lo que sea)...

    Aquí hace falta una regeneración total, del 100% de la población, que ya no ve ningún problema en los "pequeños choriceos".

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  4. No sabes cómo te entiendo. Soy patriota por una mera cuestión racional, nada de sentimientos: sólo los imbéciles horadan el casco del barco en el que van.
    Y como mi patriotismo no es sentimental, veo lo que tú: se nos va el barco a la mierda y por obra, omisión o pensamiento, todos somos algo culpables.

    besos vacacioneros.

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  5. Creo sinceramente que el ambiente politico de este país esta totalmente desligado de la realidad. Viven pendientes de salir en la lista del partido, en busca de su puesto de trabajo, demasiados políticos profesionales...

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  6. Como Temu, es algo, la única explicación, semiexplicación que repito en voz alta como queriendo no perder la cordura de ser cordura... "Es que viven otra realidad, es imposible que sepan... viven en otro mundo... ajeno"
    Es triste, pero ya no me creo de ninguno su interés por ser útil porque sí, por el bien común... porque ése común suele ser de cadena corta...
    Achuchones, Guinda... mínimamente iluminados por la ilusión de ver que hay quienes compartimos meditación...

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  7. India, la triste tealidad es que faltan soñadores y estos son sustituidos por comparsas del partido. Nadie quiere un mundo mejor, solo buscan nadar en (con perdón) la mierda. En vez de limpiar buscan que no les salpique. Un saludo.

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  8. ¡Hola!

    Gracias por vuestros comentarios y perdonad que no os conteste uno a uno, es por falta de tiempo para sentarme delante del ordenador y a estas horas también por sueño.

    Empecemos con el ciudadano de a pie.

    ¿Qué se puede hacer? Al final lo único que está en nuestras manos es preguntarnos qué tipo de ciudadanos queremos ser y si la respuesta es “ser de los que no choricean”, entonces tomar la decisión de serlo y coherentes, consecuentes con la misma, aunque nos sintamos a veces gilipollas por ello. La regeneración pasa por ahí. En la medida en que nos hacemos responsables maduramos como ciudadanos y con más rotundidad podemos exigir de nuestros políticos y representantes un mínimo de ética, honradez y profesionalidad en el desempeño de sus funciones: cae por su propio peso. Y también de los otros ciudadanos anónimos.

    Sucede que aún hay gente que cree que el dinero público “no es de nadie”, o que no se agota, o que es de los políticos y quien roba a un ladroooón, ya se sabeeeee, por eso los “pequeños choriceos” están a la orden del día y hasta bien vistos. No parece haber conciencia del bien común. Y de nuevo los ejemplos de la clase política y su habitual impunidad alientan estos comportamientos (léase casos de corrupción, o aquellos que “no acumulan cargos –y por tanto sueldos- si no responsabilidades” etc).

    Kotinussa, recuerdo haber leído tu post y creo que comenté también. Hablas del 100% de la población, y Desclasado de que todos somos culpables por obra, omisión o pensamiento. Estoy de acuerdo, muy pocos podrían tirar la primera piedra. O hemos hecho o hemos visto hacer, o nunca nos atreveríamos a señalar a quien hace. Los ejemplos que expone Kotinussa son clarísimos. Luego están los casos concretos de conocidos o allegados que por ejemplo cobran paro y trabajan en negro porque no tienen opción y sí facturas que pagar y bocas que alimentar y de otro modo no llegan a fin de mes… y ya es más complicado.

    Continuemos con la clase política.

    Coincido con Temujin e India y el panorama no pinta bien. Deseo de verdad que aparezca una nueva generación de políticos inspiradores, soñadores como dice Temujin, y no cualquier salvapatrias aprovechado. Tiene que haberlos, pero no tienen ni voz ni voto, eclipsados por los políticos profesionales.

    Hoy estoy más optimista (no he leído periódicos ni visto la tele), no se irá todo a la mierda, será la gente anónima responsable quien acabará sacando el país adelante.

    India, qué bueno saber que no estamos solos, que otros se plantean las mismas cosas ¿verdad?

    Cheli, ¿Has llegado a alguna respuesta?

    Carmela, lo que daría porque a más de uno le diera por pensar y reaccionase… Ahora seguiré tu consejo y continuaré disfrutando de las vacaciones.

    Un fuerte abrazo a todos (bueno, uno a cada uno)!!

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  9. Te extraño. Espero que estes bien.
    Un beso

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