domingo, 22 de mayo de 2011

Palabra del día: La dación en pago

Acabo de leer las medidcas que DRY considera esenciales para la regeneración del sistema político y económico español. Había oído que eran heterogéneas, utópicas algunas. No importa, me gusta que se haya dado voz a todos, escuchado y tenido en cuenta sus propuestas. Lo que se pueda hacer a corto, medio, o largo plazo ya se verá. O lo que no es factible.Además, pretender que en un grupo numeroso tooooodos quieran lo mismo no pasa en ningún lado. Bueno, sí, en los partidos políticos, o eso nos quieren hacer creer.

No puedo comentar todas las medidas propuestas, no tengo ni los conocimientos ni el tiempo. Además mi experiencia personal y mi pasado reciente me hacen más sensible a unas que a otras, en particular el choriceo de la clase política, el desempleo (véase entrada de abril, por ejemplo) y las hipotecas.

Mi nueva palabra del día es "dación". Aparece en una de las medidas propuestas:

3. DERECHO A LA VIVIENDA
  • Que se permita la dación en pago de las viviendas para cancelar las hipotecas.

Como siempre en estos casos, vamos al diccionario:



dación.

(Del lat. datĭo, -ōnis).

1. f. Der. Acción y efecto de dar.

~ en pago.

1. f. Der. Transmisión, al acreedor o a los acreedores, del dominio de una cosa en compensación de una deuda.

(Real Academia Española © Todos los derechos reservados)

Yo pensaba que las cosas eran igual en todo el mundo mundial: no puedes hacer frente a las mensualidades de tu hipoteca y tu casa se la lleva el banco. Putadón, disgusto, pesadilla, los ahorros y el esfuerzo de una vida (o de una parte de ella)... y al final pues, en fin, estas cosas pasan: te recuperas, la vida sigue y a otra cosa mariposa. Y me entero de que no: resulta que en nuestra linda España no sólo pasas por el trauma de quedarte sin casa, sino que además tienes una deuda con el banco resultante de la diferencia entre el precio de subasta de tu casa y el importe de tu hipoteca... claro, las casas las venderán por cuatro duros ¿no? Total, -dirán los bancos- estos pardillos nos tienen que seguir pagando. ¿Así quién coño puede dejar el pasado atrás y mirar el futuro con un cierto optimismo?

Yo fui una de las que compró piso unos meses antes de que petara el mercado inmobiliario aquí en la isla. Y mi empresa fue una de las primeras que se fue al garete al poco de anunciarse públicamente que el país había entrado en recesión. Mi hipoteca era pagable mientras tenía trabajo. El subsidio por desempleo aquí es irrisorio (64 libras a la semana). Los ahorros me duraron tres telediarios, y después tiré del colchón familiar, que también era limitado, porque no era cuestión de comerme los ahorros de mis padres jubilados, por mucho que ellos me dijeran que lo que hiciera falta.  Mi experiencia, objetivamente hablando, no fue de las peores, al fin y al cabo no tenía cargas familiares ni nada. Aún así fue traumático y recuerdo las noches de insomnio, los números rojos, el estrés, la indecisión, el pánico... porque el miedo es libre. Y esos banqueros seguían en su mundo, nada les afectaba.


Un día algo cambió. En mi interior. La expresión "it´s only money" adquirió un nuevo significado. Y mi piso, eran sólo cuatro paredes. Que había estado ahorrando como una cabrona durante años para pagar una entrada ¿y qué? No era más que dinero. Que alomejor me quitaban mi piso ¿y qué? No eran más que ladrillos y cemento. Si lo peor venía y tenía que entregar las llaves, pues fuera. Tenía dos manos, un cerebro, saldría adelante. Pero no iba a derramar más lágrimas de las necesarias ni a ser una esclava para costear el tren de vida de una panda de sinvergüenzas sin escrúpulos. Aún puedo saborear la paz que sentí en ese momento. Y la seguridad de que esto era el camino a seguir. Incluso cuando se lo comenté a mi hermano y me dijo que ni hablar, que lo que hiciera falta pero que de darle el piso al banco nada, yo callé pero seguí en mis trece. Ni ellos ni  yo íbamos a vender el alma al diablo y endeudarnos más (mi familia con el banco, yo con ella -más todavía-). Y así lo habría hecho, llegado el caso.

Lo que resultaba liberador era pensar que, una vez superada la pérdida, se podía empezar de cero, buscar trabajo en cualquier sitio, recuperar una vida normal, remontar poco a poco. y olvidar la amargura del mal trago y de perder un hogar. Y resulta que los que pierden la casa en España todavía tienen esa bola de plomo con una cadena al cuello, una condena, una deuda con el banco, ¡¡¡se me revuelve el estómago!!! Eso es pisotear la dignidad de las personas, así no hay quien levante cabeza de por vida.

Espero que esta reivindicación sea una de las primeras que se consigan. ¿eso no entra en lo de las 500.000 firmas al Congreso para que cambien la ley? Que me digan dónde, que pongo la firma.

Para terminar, y terminar bien, una canción sobre casas: Madness siempre me pone de buen humor.



PD: Al final no llegó la sangre al río: el interés empezó a bajar a mínimos nunca conocidos, resulta que por un error administrativo nunca se me había ofrecido una ayuda (pago del interés de la hipoteca a los parados) y me la concedieron con carácter retroactivo. Y por último, encontré trabajo.



 

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